Desastre. No tengo otra palabra para definir esta semana. Tres exámenes. Muchas horas de estudio. Arresto domicialiario voluntario. Y de nuevo, la pregunta es ¿para qué? Es como si hubiese tenido los libros cerrados y me hubiese concentrado en mirar fijamente el dibujo de la portada. Llega el examen y los nervios están ahi, cada vez haciéndose más patentes. Intento respirar y relajarme. Hago el primer ejercicio. Bien, pero... No estoy segura de lo que he hecho. Hago el siguiente y... Bloqueo. 5 ejercicios y sólo puedo hacer dos. En un examen me quedo en blanco, en otro no sé cómo llegar a lo que me piden y en otro no sé qué me piden.
En fin, supongo que mi estado de ánimo ha ayudado a esto. Estoy bastante depresiva últimamente. Necesitaba que alguien me escuchase. Gracias a aquellos que lo habéis hecho, de verdad; me hubiese echado a llorar si no me hubieséis ayudado.
Y sí, es que sigo con mis dudas. Me saturo. De momento, sigo con la idea de hacer arquitectura, y si no consiguiese la nota, creo que haré Bellas Artes. Y quién sabe, si me quedase alguna asignatura este curso, pues me matricularía el año que viene de esas y ya está... Sin agobios. Eso es lo que voy a intentar. Así que cuando me digan he suspendido los examenes, espero que no se me caiga el mundo encima.
Por otra parte, estos días sí he visto algunas noticias. He tenido poco tiempo, pero con lo que he visto ha servido para indignarme bastante.
Mi profesor de lengua, J.A. Expósito (que, por cierto, escribió el pasado sábado un artículo sobre Juan Ramón Jiménez en El País y hoy ha salido en TVE hablado sobre su libro inédito Arte Menor -razón por la que hoy no ha venido a clase), nos contó que después de la Guerra Civil, el tetro que se desarrolló en España fue sobre todo comercial, en función de las clases adineradas que podian acudir al teatro. Además, la férrea censura de la época evitaba que los escritores se expresasen con libertad. Sin embargo, algunos dramaturgos sí conseguieron burlar a esta censura. Ellos fueron Buero Vallejo y Alfonso Sastre.
Buero Vallejo utilizaba símbolos, como la ceguera, en sus personajes con los que denunciaba la realidad que se vivía en España. Sastre, en cambio, se enfrentó abiertamente contra el Régimen franquista, por lo que ingresó en prisión en varias ocasiones.
Pero, ¿qué es mejor? ¿Un autor que diga abiertamente sus ideas o un autor que las camufla con un lenguaje mucho más sutil? A primera vista, parece que alguien que dice explícitamente lo que piensa es mejor, pero en un país en el que cualquier palabra puede ser usada en tu contra hay que medir cada frase.
En la actualidad se está dando. Gobiernos corruptos que no dejan mostrar qué ocurre en las calles. Creo que estos casos más vale un escritor precavido, que sea capaz de expresar sus pensamientos con símbolos, que un escritor que puede ser encarcelado y silenciado para siempre. ¿De qué servíría si nadie podría enterarse de lo ocurrido?
No es difícil saber de lo que estoy hablando. Túnez, Egipto, Libia, Sudán...
Mi pregunta es ¿qué hace Europa? Porque yo no he visto que haya ido alguien a decir "Señores, esto no puede seguir así, no se puede tolerar la vulneración de los derechos humanos".
Mucho "hablar" (nótese el sarcasmo, pues lo único que parecen hacer los políticos es insultarse entre ellos) y poco actuar. Nadie hace nada.
Sinceramente, ver la noticias no favore el aumento de moral; más bien al contrario.
Quiero dejar de reflexionar, de pensar. Ahora quiero descansar. Mañana volveré a estudiar; otra vez.
No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo (...). Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana, y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería... Son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos.
El club de los poetas muertos
El club de los poetas muertos
jueves, 24 de febrero de 2011
viernes, 18 de febrero de 2011
Mis dudas sobre... Cualquier cosa
Ya ha pasado una semana. ¿Qué es lo que he hecho? Resúmenes, estudiar, no ver la luz del sol... Y todo esto, ¿para qué? Para que en el examen de hoy haya fallado. Sí, otra vez. Me he distraido por un momento y aunque he intentado aislarme no lo he conseguido a tiempo. Algunas palabras han desaparecido de mi cabeza, como si una aspiradora las hubiese absorbido. Pastillas para la memoria... Si, un compañero de clase las toma... Y por lo visto también lo hacen unos cuantos más. ¿Funcionarán o servirán tan sólo para darte confianza? No lo sé la verdad, aunque no estaría de más tener un bote en caso de necesidad. (Risas)
Pero la razón por la que me puesto a escribir no es esta, sino porque parece que todas las preguntas que existen yo contesto con un "no lo sé".
¿Quieres ...? ¿Te gusta ...? ¿Entiendes ...? No lo sé.
No sé qué estoy haciendo con mi vida. ¿Qué espero? ¿A qué aspiro? Se supone que estoy en el bachiller tecnológico porque quiero hacer arquitectura. Me gusta. Es la única pregunta a la que puedo contestar. Sin embargo, viendo como está la situación actual, no sé si merece la pena gastar seis o siete años de mi vida estudiando una carrera para la que después no vaya a tener trabajo. Yo no estoy en esto para hacerme rica con las estafas mobiliarias, como tantas veces se ha visto en la televisión. No, si sólo me interesase ganar dinero, entonces estudiaría economía, derecho o empresariales. A mi me gusta la arquitectura por el arte, porque se puede utilizar como un medio para expresarse. Odio esos edificios cuadrados, todos iguales, que sólo se diferencian por el color de los ladrillos y el número de pisos (sí, me refiero a los nuestros, en los que vivimos); me gustan los edificios del centro de Madrid, todos distintos y con mill detalles. Me gusta pasear por la calles y mirar hacia arriba para descubrir nuevos elementos que antes no había visto.
Otro de los obstáculos que me frena a estudiar arquitectura es la nota de corte. Es bastante alta y no sé si llegaré a superarla.
Además, hay muchísimas otras carreras, y si quiero que me sirvan los conocimientos de ciencias, siempre puedo hacer una ingeniería. Las hay para todos los gustos, pero de las que más me llaman la atención (aeroespacial y aeronaútica) también las notas de corte son altas. Otra opción es hacer telecomunicaciones, que hoy en día la veo con muchas salidas, pero no sé si me iba a gustar. Es todo demasiado técnico y, aunque me gusta entender la electrónica, me cuesta bastante.
Y todavía tengo más donde elegir. Desde pequeña me ha gustado la Historia. Sí, es un poco extraño; estoy en ciencias y resulta que se me dan mejor las letras. Ya, es que soy así, soy capaz de llevarme la contraria hasta a mí misma. Si estudiase Historia, no creo que tuviera muchos problemas para encontrar trabajo después. En ese campo parece que la situación económica actual no se ha hecho muy patente. Aunque sinceramente, no sé cual es el trabajo real de un historiador. Conozco a algunos que han terminado trabajando en empresas, que no tenían nada que ver con la Historia, o en bancos. Otra opción es ser profesor: estresarte con las oposiciones y conseguir una plaza en un instituto, difícil en Madrid.
Por último, no me puedo olvidar de Bellas Artes. Me encanta dibujar desde que tengo memoria. Sabía hacer casas y personas con todo detalle mucho antes de escribir, e incluso gané algunos concursos de dibujo. Al igual que la arquitectura, la pintura es otro medio de expresión. También me gusta la fotografía, aunque éste es un hallazgo reciente. Si de pintura me falta muchísimo por aprender, de fotografía aún más.
En fin... Estas son mis reflexiones sobre los estudios. No sé qué hacer.
Pero las dudas no terminan aquí, oh no, eso sería demasiado fácil y a mí me gustan los retos. En los otros planos de mi vida tampoco sé que hacer. Lo complicado se podría arreglar con unas simples palabras, y lo fácil cada vez se hace más grande. No lo entiendo. Si sigo escribiendo voy a terminar hablando sobre la sinrazón de la existencia, como la Generación del 98.
"El pesimismo y la falta de fe en el racionalismo deriva en la angustia existencial".
Qué sencillo sería permancer ignorantes de todo y vivir como lo hace el resto de la naturaleza; sin preocupaciones, sin emociones, sin sentimientos... Aurea mediocritas. Para los que no tienen ideas es posible ser feliz. Cuidado, amigo, si las tienes y piensas demasiado.
Pero la razón por la que me puesto a escribir no es esta, sino porque parece que todas las preguntas que existen yo contesto con un "no lo sé".
¿Quieres ...? ¿Te gusta ...? ¿Entiendes ...? No lo sé.
No sé qué estoy haciendo con mi vida. ¿Qué espero? ¿A qué aspiro? Se supone que estoy en el bachiller tecnológico porque quiero hacer arquitectura. Me gusta. Es la única pregunta a la que puedo contestar. Sin embargo, viendo como está la situación actual, no sé si merece la pena gastar seis o siete años de mi vida estudiando una carrera para la que después no vaya a tener trabajo. Yo no estoy en esto para hacerme rica con las estafas mobiliarias, como tantas veces se ha visto en la televisión. No, si sólo me interesase ganar dinero, entonces estudiaría economía, derecho o empresariales. A mi me gusta la arquitectura por el arte, porque se puede utilizar como un medio para expresarse. Odio esos edificios cuadrados, todos iguales, que sólo se diferencian por el color de los ladrillos y el número de pisos (sí, me refiero a los nuestros, en los que vivimos); me gustan los edificios del centro de Madrid, todos distintos y con mill detalles. Me gusta pasear por la calles y mirar hacia arriba para descubrir nuevos elementos que antes no había visto.
Otro de los obstáculos que me frena a estudiar arquitectura es la nota de corte. Es bastante alta y no sé si llegaré a superarla.
Además, hay muchísimas otras carreras, y si quiero que me sirvan los conocimientos de ciencias, siempre puedo hacer una ingeniería. Las hay para todos los gustos, pero de las que más me llaman la atención (aeroespacial y aeronaútica) también las notas de corte son altas. Otra opción es hacer telecomunicaciones, que hoy en día la veo con muchas salidas, pero no sé si me iba a gustar. Es todo demasiado técnico y, aunque me gusta entender la electrónica, me cuesta bastante.
Y todavía tengo más donde elegir. Desde pequeña me ha gustado la Historia. Sí, es un poco extraño; estoy en ciencias y resulta que se me dan mejor las letras. Ya, es que soy así, soy capaz de llevarme la contraria hasta a mí misma. Si estudiase Historia, no creo que tuviera muchos problemas para encontrar trabajo después. En ese campo parece que la situación económica actual no se ha hecho muy patente. Aunque sinceramente, no sé cual es el trabajo real de un historiador. Conozco a algunos que han terminado trabajando en empresas, que no tenían nada que ver con la Historia, o en bancos. Otra opción es ser profesor: estresarte con las oposiciones y conseguir una plaza en un instituto, difícil en Madrid.
Por último, no me puedo olvidar de Bellas Artes. Me encanta dibujar desde que tengo memoria. Sabía hacer casas y personas con todo detalle mucho antes de escribir, e incluso gané algunos concursos de dibujo. Al igual que la arquitectura, la pintura es otro medio de expresión. También me gusta la fotografía, aunque éste es un hallazgo reciente. Si de pintura me falta muchísimo por aprender, de fotografía aún más.
En fin... Estas son mis reflexiones sobre los estudios. No sé qué hacer.
Pero las dudas no terminan aquí, oh no, eso sería demasiado fácil y a mí me gustan los retos. En los otros planos de mi vida tampoco sé que hacer. Lo complicado se podría arreglar con unas simples palabras, y lo fácil cada vez se hace más grande. No lo entiendo. Si sigo escribiendo voy a terminar hablando sobre la sinrazón de la existencia, como la Generación del 98.
"El pesimismo y la falta de fe en el racionalismo deriva en la angustia existencial".
Qué sencillo sería permancer ignorantes de todo y vivir como lo hace el resto de la naturaleza; sin preocupaciones, sin emociones, sin sentimientos... Aurea mediocritas. Para los que no tienen ideas es posible ser feliz. Cuidado, amigo, si las tienes y piensas demasiado.
domingo, 13 de febrero de 2011
Me against the world
Estoy harta. Harta de todo, de cómo funciona todo.
Vivimos en un mundo en que todo lo mueve el dinero, el interés. Se intenta pisar a otras personas sólo para ir subiendo en el escalafón económico. Las personas no se ayudan entre ellas, ese sentimiento se ha perdido. Ahora sólo se hace algo a cambio de algo. Y ése es el progreso del que hablan; ya no ven más allá.
Esto es lo que, de hecho, vemos todos los días en televisión. Casos de políticos corruptos, que aceptan dinero a cambio de otorgar ciertos privilegios. Parece que ahora todo está saliendo a la luz, pero ¿cuántos "casos" más se están tapando?
La verdad es que tampoco hay que irse muy lejos para ver la hipocresía de mucha gente. Nosotros somo el futuro, quienes tenemos que cambiar el mundo. Somos esos que tendremos que luchar contra el cambio climático, contra la pobreza, el hambre y las guerras.
Todo esto está muy bien, pero ¿a cuantas personas de 16 años has oído hablar de política? Porque yo la verdad, a bien pocas. Muchos piensan que la política no es importante, no les interesa. Sólo "piensan" en el botellón del viernes y la fiesta del sábado. El domingo a dormir y esa noche a estudiar el examen del lunes. Por suerte, hay personas que sí tienen la capacidad de pensar que todo depende de las decisiones de los gobiernos. El que tengas sanidad pública o la quieran privatizar. El que puedas recibir una educación gracias a tus impuestos, sin que tengas que pagar además. El que el transporte público sea ahora más caro que antes. Y podría hacer una lista interminable, porque todo se decide allí, en los gobiernos. Y somos los ciudadanos quienes los elegimos. ¿Cómo puede alguien decir que no le interesa la política y después quejarse de que le han bajado el sueldo?
Aunque claro, luego ves la televisión y te desmotivas viendo toda la corrupción. Así es el sistema.
Bien, pues yo no me conformo. Hay que cambiar y denunciar todas las irregularidades que conozcamos.
Así, en el futuro todo puede ser mejor. Pero para esto, tenemos que cambiar nosotros mismos. Dejar atrás toda esa hipocresía y actuar.
Existen pocas personas jóvenes que tengan "ideas", pero existen. Sí, puede que esto se trate de un "me against the world", porque no digo que sea fácil. Hay intereses, como ya he dicho, que no permitirán que los jóvenes empecemos a pensar por nosotros mismos, pero no hay que mantenerse fríos ante tantos desastres.
Mientras que haya una sóla persona que sea así, todo es posible, porque a ella se la unirán otras, y a esas otras, otras más... Es una cadena que en algún momento tiene que empezar. Bien, pues los segundo pasan y el juego ha comenzado. El cambio está en marcha, aunque para muchas personas la música sigue sonando y las hace sordas a los gritos.
Vivimos en un mundo en que todo lo mueve el dinero, el interés. Se intenta pisar a otras personas sólo para ir subiendo en el escalafón económico. Las personas no se ayudan entre ellas, ese sentimiento se ha perdido. Ahora sólo se hace algo a cambio de algo. Y ése es el progreso del que hablan; ya no ven más allá.
Esto es lo que, de hecho, vemos todos los días en televisión. Casos de políticos corruptos, que aceptan dinero a cambio de otorgar ciertos privilegios. Parece que ahora todo está saliendo a la luz, pero ¿cuántos "casos" más se están tapando?
La verdad es que tampoco hay que irse muy lejos para ver la hipocresía de mucha gente. Nosotros somo el futuro, quienes tenemos que cambiar el mundo. Somos esos que tendremos que luchar contra el cambio climático, contra la pobreza, el hambre y las guerras.
Todo esto está muy bien, pero ¿a cuantas personas de 16 años has oído hablar de política? Porque yo la verdad, a bien pocas. Muchos piensan que la política no es importante, no les interesa. Sólo "piensan" en el botellón del viernes y la fiesta del sábado. El domingo a dormir y esa noche a estudiar el examen del lunes. Por suerte, hay personas que sí tienen la capacidad de pensar que todo depende de las decisiones de los gobiernos. El que tengas sanidad pública o la quieran privatizar. El que puedas recibir una educación gracias a tus impuestos, sin que tengas que pagar además. El que el transporte público sea ahora más caro que antes. Y podría hacer una lista interminable, porque todo se decide allí, en los gobiernos. Y somos los ciudadanos quienes los elegimos. ¿Cómo puede alguien decir que no le interesa la política y después quejarse de que le han bajado el sueldo?
Aunque claro, luego ves la televisión y te desmotivas viendo toda la corrupción. Así es el sistema.
Bien, pues yo no me conformo. Hay que cambiar y denunciar todas las irregularidades que conozcamos.
Así, en el futuro todo puede ser mejor. Pero para esto, tenemos que cambiar nosotros mismos. Dejar atrás toda esa hipocresía y actuar.
Existen pocas personas jóvenes que tengan "ideas", pero existen. Sí, puede que esto se trate de un "me against the world", porque no digo que sea fácil. Hay intereses, como ya he dicho, que no permitirán que los jóvenes empecemos a pensar por nosotros mismos, pero no hay que mantenerse fríos ante tantos desastres.
Mientras que haya una sóla persona que sea así, todo es posible, porque a ella se la unirán otras, y a esas otras, otras más... Es una cadena que en algún momento tiene que empezar. Bien, pues los segundo pasan y el juego ha comenzado. El cambio está en marcha, aunque para muchas personas la música sigue sonando y las hace sordas a los gritos.
lunes, 7 de febrero de 2011
Cuando ya no sabes qué pensar
Hay veces que estás totalmente convencido de algo. Parece que todo marcha bien, te sientes seguro de poder controlar la situación. Te equivocas. Es justo entonces cuando hay algo que se te está escapando. Esas situaciones no dependen únicamente de ti. No, hay más personas a las que también les corresponde tomar decisiones y tú no puedes elegir por ellas.
Una vez que descubres esto, te puedes sentir ridículo. No te preocupes, es normal.
Sin embargo, no estaría de más analizar que te ha llevado hasta allí. ¿Qué ha pasado con esas señales? ¿Acaso te las has inventado? Yo diría que no. Has visto lo que has visto y punto. Tal vez no hayas arriesgado lo suficiente. O tal vez has interpretado mal. O, ¿quién sabe? A lo mejor las otras personas se han arrepentido o no tienen el valor necesario para tomar esa decisión; como también te ha pasado a ti.
Aún así, esto no deja de meterse en tu cabeza y la llena de ideas. Es entonces cuando ya no sabes qué pensar. Se te ocurren mil posibilades. "¡La imaginación al poder!" podría decir Hume, porque es ella quien asocia estas ideas. Asociaciones que no tienen por qué ser verdad.
Y como conclusión, ¿qué sacas en claro? Definitivamente nada. Tan solo un pequeño dolor de cabeza y una pérdida de tiempo. Las preguntas acudirán a tu cabeza sin previo aviso, y no se disolverán hasta que o bien hables con esas personas, o bien olvides lo que ha sucedido. Las dos posibles soluciones podrán ser buenas o no, pero no lo sabrás hasta que no te hayas decidido.
Dedido... Mmm... Parece que vuelves a tener la situación en tus manos. ¿Qué eliges?
---
Sí, ya sé que es una forma un poco extraña de empezar un blog. Pero no me apetecía decir "Hola, ¿qué tal? He decidido hacer un blog". Y a partir de aquí comenzar a hablar. No, esa parte me parece superficial, como si el simple hecho de decir "qué tal" ya te permitiese inmiscuirte en la vida de otras personas. Y yo no soy así.
Por tanto, simplemente voy a hablar de lo que me apetezca en cada momento, sin persármelo mucho. Hay demasiadas cosas sobre las que opinar y otras tantas que contar, pero no hay tiempo para todo. No voy a pedir disculpas si el blog no le gusta a nadie, aburre o termina pronto. No tiene ese fin. El suyo es liberar de algunos pensamientos que necesitan desparecer de una cabeza para que se difundan por otras. No se trata de remover conciencias. Se trata de ser yo, sin censura.
Una vez que descubres esto, te puedes sentir ridículo. No te preocupes, es normal.
Sin embargo, no estaría de más analizar que te ha llevado hasta allí. ¿Qué ha pasado con esas señales? ¿Acaso te las has inventado? Yo diría que no. Has visto lo que has visto y punto. Tal vez no hayas arriesgado lo suficiente. O tal vez has interpretado mal. O, ¿quién sabe? A lo mejor las otras personas se han arrepentido o no tienen el valor necesario para tomar esa decisión; como también te ha pasado a ti.
Aún así, esto no deja de meterse en tu cabeza y la llena de ideas. Es entonces cuando ya no sabes qué pensar. Se te ocurren mil posibilades. "¡La imaginación al poder!" podría decir Hume, porque es ella quien asocia estas ideas. Asociaciones que no tienen por qué ser verdad.
Y como conclusión, ¿qué sacas en claro? Definitivamente nada. Tan solo un pequeño dolor de cabeza y una pérdida de tiempo. Las preguntas acudirán a tu cabeza sin previo aviso, y no se disolverán hasta que o bien hables con esas personas, o bien olvides lo que ha sucedido. Las dos posibles soluciones podrán ser buenas o no, pero no lo sabrás hasta que no te hayas decidido.
Dedido... Mmm... Parece que vuelves a tener la situación en tus manos. ¿Qué eliges?
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Sí, ya sé que es una forma un poco extraña de empezar un blog. Pero no me apetecía decir "Hola, ¿qué tal? He decidido hacer un blog". Y a partir de aquí comenzar a hablar. No, esa parte me parece superficial, como si el simple hecho de decir "qué tal" ya te permitiese inmiscuirte en la vida de otras personas. Y yo no soy así.
Por tanto, simplemente voy a hablar de lo que me apetezca en cada momento, sin persármelo mucho. Hay demasiadas cosas sobre las que opinar y otras tantas que contar, pero no hay tiempo para todo. No voy a pedir disculpas si el blog no le gusta a nadie, aburre o termina pronto. No tiene ese fin. El suyo es liberar de algunos pensamientos que necesitan desparecer de una cabeza para que se difundan por otras. No se trata de remover conciencias. Se trata de ser yo, sin censura.
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